Fabio A. Colpas Ruiz

Opinión, Marketing e Innovación

Después de leer “El Ego es el enemigo”

Describir este libro me genera sentimientos encontrados. Por un lado, está claro que es un libro de superación personal, es decir, su premisa es tan sencilla como “lo que necesitas saber sobre el ego, para domarlo y empezar a ser mejor persona”, solo que a lo largo del libro, el autor, Ryan Holiday, empieza a disectar las ideas, referenciar y citar principios de la filosofía estoica.

Así como su premisa, su tesis también es sencilla: hay varias conductas egoístas, que sin darnos cuenta, sabotean o dificultan nuestro camino al éxito, y depende de nosotros identificarlas a tiempo para contrarrestar sus efectos adversos.

Cada capitulo del libro tiene una lección que es explicada con anécdotas o historias reales. Tal vez lo que más puedo resaltar de esta parte es el enfoque, digamos, “pragmático” que tiene cada nueva historia, y cada relato que nos cuentan.

Durante la lectura, sentí que el libro genuinamente estaba escrito para ayudarme a darme cuenta de los aspectos que necesito mejorar. Son muy pocos los espacios muertos, que no me capturaron y se me hicieron “pesados”, por lo general fue una lectura rápida, ligera, y agradable.

Otra cosa que note bastante, es que este libro tiene citas muy poderosas, cada tantos párrafos se resalta, y relaciona una idea con alguna frase celebre o memoria de algún personaje histórico. Puede que en los libros de este tipo (auto ayuda, auto motivación) sea una practica común, sin embargo, aquí resulta bastante fluido, no se fuerza nada.

Más allá de las lecciones de cada capitulo, lo que más resalto del libro es que puede servir como un texto de entrada para estudiar la filosofía estoica, y empezar a trabajar o aplicar varios de los principios estoicos en la vida cotidiana del lector, claro está después de consultar algunas lecturas adicionales.

No le regalaría o recomendaría este libro a alguien que quiera superarse, o aprender nociones de liderazgo o algo así. Para mi, este libro está destinado a ser el regalo ideal, junto a Meditaciones de Marco Aurelio, para una persona que este interesada en volverse estoica, o al menos aprender sobre el tema.

Algunas frase que marqué fueron las siguientes:

  • Ala seguridad en uno mismo se vuelve arrogancia, la asertividad se vuelve obstinación, y la confianza en nuestras capacidades se convierte en descuido
  • El egoísta no se estrella contra los muebles ni tumba las cosas de su escritorio. Tampoco tartamudea ni babea. No. En cambio, se vuelve más y más arrogante, y algunas personas, que no conocen lo que hay debajo de esa actitud, interpretan equivocadamente su arrogancia como un sentido de poder y seguridad en si mismo
  • Humilde en las aspiraciones. Benévolos en el éxito. Resiliente en el fracaso
  • Impresionar a la gente es distinto a ser verdaderamente impresionante
  • El poder convertirse en estudiante no se limita a tener un periodo extendido de instrucción, también pone el ego y la ambición en las manos de alguien más. Se le pone al ego una especie de techo: uno sabe que no es mejor que el “maestro” del cual es aprendiz
  • Es imposible aprender lo que uno piensa que ya sabe – Epicteto
  • Porque es tan frecuente fracasar con pasión como si ella
  • ¿Cómo puede alguien trabajar juiciosamente en algo sin lograr nada? Bueno, esa es la paradoja de la pasión
  • Las personas necesitamos propósito y realismo para ascender. El propósito, se podría decir, es como la pasión, pero con limites. El realismo es tener distancia y perspectiva.
  • El importante trabajo que usted quiere hacer solo requiere su determinación y consideración. No la pasión. No la ingenuidad.
  • Es mucho mejor si usted se siente intimidado por lo que tiene en frente, que se sienta humilde ante la magnitud de la tarea y, sin embargo, decidido a llevarla a cabo. Deje la pasión para los aficionados y los perturbados.
  • Despéjele el camino a la gente que esta por encima de usted y con el tiempo, abrase su propio camino
  • Porque si lo hace una vez, podrá apreciar lo que la mayoría de la gente no ve por causa del ego: la persona que despeja el camino es quien, en últimas, controla la dirección, en la misma forma en que el lienzo le da forma a la pintura
  • En últimas, lo importante no es postergar el orgullo porque usted no se lo merezca todavía. No se trata de no alardear sobre lo que todavía no ha ocurrido. Es algo más directo: sencillamente, no hay que alardear. Eso no sirve para nada.
  • El problema es que no estamos seguros de que la humildad pueda llevarnos allá. Tenemos pánico de que, tal como lo expresa el reverendo Sam Wells: si somos humildes, terminaremos “subyugados, pisoteados, avergonzados y condenados a la irrelevancia”
  • La locura puede pasar como audacía
  • Sin virtud ni entrenamiento, observó Aristóteles, “es difícil manejar adecuadamente los resultados de la buena suerte”
  • Gengis Kan fue el mayor conquistador que el mundo haya conocido porque estaba más abierto al aprendizaje que cualquier otro conquistador que haya existido
  • Cuando alcanzamos el éxito por primera vez, nos hallamos en situaciones nuevas y enfrentamos nuevos problemas. El soldado recién ascendido debe aprender el arte de la política. El vendedor debe aprender a gerenciar. El fundador debe aprender a delegar. El escritor, a editar a los demás. El comediante, a actuar. El chef que monta su propio restaurante debe aprender a manejar el otro lado del negocio.
  • A medida que crece nuestra isla de conocimiento, también aumentan las playas de nuestra ignorancia.
  • La humildad engendra el aprendizaje porque contrarresta la arrogancia que te enceguece. Te abre los ojos para poder ver como las verdades se van revelando ellas mismas e impide que te interpongas en ese proceso. ¿Sabes como puedes descubrir si alguien es realmente humilde? Creo que hay una prueba muy sencilla: la gente humilde mejora, porque siempre observa y escucha con atención. No supone que sabe como hacer las cosas…
  • Con mucha frecuencia debido a que estamos convencidos de nuestra propia inteligencia, nos mantenemos en una zona de confort que garantiza que nunca nos sintamos estúpidos (y que nunca enfrentemos el reto de aprender o reconsiderar lo que sabemos). Esto nos impide ver varias debilidades de nuestra comprensión, y con el tiempo, ya es demasiado tarde. Ahí es cuando pagamos un precio silencioso.
  • Siempre hay que mantener la condición de estudiante. Porque esta no tiene fin
  • No es suficiente con querer aprender. A medida que se progresa también es necesario entender cómo se aprende.
  • La forma de hacer cosas realmente grandes parece ser comenzar con cosas engañosamente pequeñas
  • Un gran destino, nos recuerda Séneca, es una gran esclavitud
  • Se requiere una fuerte constitución para soportar los repetidos ataques de la prosperidad. – J. L. Basford.
  • Al final, la única forma de apreciar el progreso es pararnos en el borde del hueco que cavamos para nosotros mismos, mirar hacia abajo y sonreír con cariño al ver las huellas ensangrentadas que dejamos en las paredes de nuestro ascenso hacia la salida.
  • Aquel que le teme a la muerte nunca hará nada digno de un hombre que esté vivo – Séneca
  • El único fracaso real es el abandono de los principios. Matar lo que queremos porque no somos capaces de separarnos es egoísta y estúpido. Si la propia reputación no puede recibir unos cuantos golpes, no vale nada.
  • Tratar de destruir algo motivados por el odio y el egoísmo suele garantizar que eso mismo que queremos destruir termine preservado para siempre

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